¡GUAO!... ¡ES VOLVER
A NACER! …
Es el inicio de una nueva vida,
porque en el momento del alumbramiento ocurrió dentro de mí una explosión de
emociones y sentimientos extraordinariamente maravillosos e inexplicables, que cambiaron
mi visión y misión en este mundo. En ese momento Dios me colocó en las manos
una herencia, herencia que debe permanecer
incorruptible y próspera hasta el momento en que entregue cuentas al creador.
Es un camino que tengo el
privilegio de andar, por lo tanto pido al Todopoderoso la sabiduría para aprovecharlo y disfrutarlo
al máximo, un camino que día a día me lleva a la felicidad, la honra, la riqueza y por ende a una
satisfacción plena, al punto de poder decir; noche a noche, ¡GRACIAS SEÑOR!, en
medio del éxtasis que produce haberlos abrazado, besado, escuchado, orientado y
reído de las ocurrencias y situaciones que enfrentaron, durante el día.
Saber que ¡SON PERFECTOS!, NO
INFALIBLES, sencillamente perfectos. Sus debilidades me fortalecen, sus errores
me llenan de sabiduría, sus indecisiones me hacen firme, sus locuras me llenan
de cordura, sus caídas me sacan músculos de paciencia, tolerancia y
misericordia incluso para con otros… Son la mejor cátedra en la formación del mi
carácter.
Cualquier cosa que escriba, no
describe la experiencia de ser madre, Dios me ha bendecido con unos hijos
extraordinariamente regulares, llenos de niñez, adolescencia y ahora de
juventud, por ellos he sido y seguiré siendo el canal más confiable que les
muestre la grandeza de Dios, poeta, cantante, modista, coreógrafa, bailarina,
animadora, psicóloga, científica, incluso ridícula, lo que sea necesario para
que se realicen cada día de sus vidas y alcancen cada uno de sus sueños; porque
el mío ya es realidad...SER MADRE…
Elinor de Pérez
Mamá de Abigail y David
Mamá de Abigail y David
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